PREVENCIÓN Y COMUNICACIÓN
¿Es posible generar prácticas preventivas en las empresas desde la gestión de sus comunicaciones? Y si así fuera, ¿en qué contextos deben desarrollarse estas prácticas?, ¿qué rol juega la “función comunicación” en esta perspectiva?, y ¿cómo debe desenvolverse para cada caso?
Lo cierto es que es posible desarrollar prácticas preventivas enfocadas desde la comunicación en diversos espacios de la gestión organizacional, pero es posible visibilizar dos líneas de acción relevantes en el ámbito industrial y energético. Por un lado, en la dimensión del área “Prevención de Riesgos Laborales” y por otro de las “Relaciones Comunitarias", ambas se erigen, como agentes articuladores en la prevención y construcción de soportes y prácticas comunicacionales, orientadas a la prevención y a la promoción de los “Early warning systems” o sistemas de alerta temprana.
Indudablemente hay industrias y organizaciones, más sensibles y dispuestas a invertir en estas herramientas, que acentúan la curva de calidad y profundidad de estos sistemas. Aunque todas las organizaciones son agentes sociales en un marco sistémico y por sobre todo, predominantemente dinámicas, están por ende, expuestas a experimentar cambios y dentro de estos, conflictos con orígenes endógenos o exógenos con un latente potencial de crisis e impacto en su imagen pública, derivadas en muchos casos desde las comunicaciones corporativas mal resueltas. En síntesis; la percepción y grados de necesidad de implementación y profundidad en su tratamiento, varía entre empresas.
En este contexto, la prevención surge como una forma de abordar los riesgos latentes en forma oportuna, es por eso que se pueden establecer metodologías de investigación orientadas a levantar información de la propia organización, y anticipar la probabilidad de que se desarrollen situaciones con rasgos de peligrosidad e impacto negativo de producirse y no ser intervenidas en forma adecuada y oportuna.
Autores como: Javier Maza, Jaume Fita, Miguel López Quesada, Roger Ailes / Jon Krausahar, entre otros, han escrito sobre comunicación, prensa y programas de crisis para empresas, esfuerzos que incorporaron distintas metodologías para abordar en forma preventiva las crisis de imagen pública a través de la conformación de Mapas de Riesgo y con ello, un trazado en los Sistemas de Alerta Temprana.
En esta perspectiva, las empresas también desarrollan sus metodologías desde la prevención de riesgos, plasmado en sus matrices de Riesgo y Accidentabilidad, sus políticas de prevención y sus definiciones en la planificación e intervención de accidentes laborales. Hoy es posible desarrollar los mapas de riesgo con objetivos comunicacionales y cruzarlos con las matrices de riesgo orientados hacia las proyecciones de Accidentabilidad de la empresa, el objetivo es acceder y enriquecer ambos trazados, apuntando a la visibilidad de puntos ciegos y a su incorporación. Esto es la base del sistema de alerta temprana, pues con información de potenciales conflictos, accidentes y siniestralidad es posible definir su recurrencia, probabilidad, impacto e intervención tanto en el plano interno operacional, como en su mitigación comunicacional.
Por otro lado, el rol que tienen las relaciones comunitarias entre empresas y comunidades, en particular algunas industrias es fundamental, especialmente al desarrollar un trabajo de conocimiento mutuo, entre empresas con sus proyectos operativos y las comunidades en el marco de su historia, dinámicas sociales, culturales, etnográficas y sus ejes de promoción de desarrollo y liderazgo, en la perspectiva de coordinase asertivamente, y en el marco de generar condiciones de interacción basadas en coordinaciones y acuerdos de mutuo beneficio. La falta de coordinaciones y entendimiento es un espacio fértil para la ausencia de progreso mutuo, lo que finalmente permea la desconfianza, la falta de credibilidad y finalmente la colaboración conjunta, ello es la antesala a un camino de disrupción de los actores sociales.
En esta perspectiva, diseñar políticas de comunicación, que incorporen mapas de anticipación y que fortalezcan las instancias de transferencia de información en especial en lo que se refiere, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA, en el manual: “Buenas Prácticas de Preparación y Respuesta ante Emergencias”, respecto de mantener en la lógica de la prevención, canales de comunicación fluidos con comunidades para informar de cómo proceder ante los riesgos de accidentes, que puedan impactar a las comunidades. Ello con el propósito, de actuar en forma eficaz y oportuna, para todas las partes involucradas, ante eventuales accidentes que puedan poner en riesgo a los miembros de las comunidades.
La comunicación y las metodologías de prevención, en todos estos escenarios son de un carácter fundamental para anticipar, preparar, intervenir y generar condiciones de favorabilidad, así como de minimizar el impacto negativo y potenciar la capacidad y eficiencia de las empresas en escenarios con potencial estadístico de irrumpir en sus normales procesos de operación y en el desarrollo armónico y sustentable de comunidades vecinas.