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Magíster en Comunicación Social, Consultor en Comunicación, Crisis Corporativas y RSE. Socio de Global Business Comunicaciones, www.gbcom.cl, Santiago de Chile http://cl.linkedin.com/in/sergiov1

miércoles, 24 de junio de 2015

PLATAFORMA COMUNICACIONAL

La organización y cobertura de grandes hitos deportivos, se han convertido en la actualidad, en el foco de una mirada globalizada, tanto en su desarrollo como en su desenlace. Estas instancias,  adicionalmente se han transformado en un incentivo para diversos sectores productivos y  en un aliado estratégico para construir atributos de posicionamiento de los países anfitriones.




Hace décadas que el mundo moderno ha venido promoviendo el deporte como una actividad inherente al desarrollo humano. Esta tendencia ha ido evolucionando e integrando una disposición irrefrenable hacia la profesionalización en todos sus ámbitos, entre los que destaca el puramente deportivo de cada disciplina. En este contexto los desarrolladores de productos de cada actividad, proveedores de insumos a los proceso productivos, tanto en sus estándares organizativos, como en sus mecanismos de difusión hasta convertir estas actividades en verdaderos incentivos para un sin número de industrias, entre las que destaca el turismo, transformándose en un actor cada vez más relevante en la complementariedad a estos procesos y los beneficios se observan como una cuestión de estado, sin olvidar que sus alcances tienen un carácter inevitablemente sistémico.

Torneos de alta convocatoria y de transmisiones globales como Juegos Olímpicos, copas continentales y mundiales de futbol, Torneos de Tenis como Grans Slam, Triatlones o Iroman, Torneos de Golf como los Majors, Circuito de Fórmula 1, entre otros, seguidos por millones de fanáticos alrededor del mundo, generando la demanda de diversos servicios en los países donde se desarrollan estos hitos deportivos. 

Esto contribuye a fortalecer la inversión privada y pública para dar los mejores estándares de servicios y para hacer de estos eventos, íconos de la cultura globalizada. Por ello, asistir a estos torneos continentales y adicionalmente vacacionar en los países organizadores, genera una demanda sistémica de cientos de miles de turistas que pueden llegar para participar del evento deportivo por el cual se desplazan, pero adicionalmente pueden descansar, conocer y disfrutar.

En el transcurso del mes de junio del 2015, estamos en pleno desarrollo de la Copa América de Fútbol, en Chile. Cientos de miles de turistas están generando una gran demanda de importantes industrias como la  hotelera a través del país y en especial de las ciudades donde habrá competencia futbolera. Adicionalmente, los Malls de cada ciudad, donde van los hinchas de cada país asistente, restaurantes, transportes, empresas de servicios. Todos se ven extraordinariamente estimulados y son sujetos de una demanda sobresaliente durante estos periodos.

Otro aspecto que no deja de llamar la atención se relaciona con el hecho más bien socio cultural que de mercado, me refiero a que el futbol se ha convertido en un deporte que ha dispensado un espacio, un refugio para el  desarrollo de las “barras bravas”, las que sólo han permeado un alejamiento de la ciudadanía con esta actividad, básicamente por los riesgos, aversión y temor a las agresiones que estos grupos imprimen como un sello de diferenciación.

Pero el desarrollo de esta Copa América 2015 en Chile, no ha sido así. Los expertos señalan que son públicos distintos, tanto el de equipo que va domingo a domingo al estadio, respecto de las personas que vienen a ver los partidos de sus selecciones en los estadios designados. De hecho tuve la oportunidad de pasar, por fuera de un estadio, sin saber que me toparía de frente con los asistentes en masa a ver un partido de la selección de Brasil contra la selección de Venezuela, pero para mi sorpresa, esto era muy distinto a la presencia de barras bravas intimidando y poniendo en riesgo a las personas que se cruzan en su camino. Esta vez, era la familia que podía ir al partido de alta convocatoria, padres con sus niños y esposas, parejas jóvenes y mayores, caminando hacia el estadio en tranquilidad y con la seguridad extradeportiva con que esta actividad se desarrolló por décadas en Chile y otros países.

Este tipo de fenómeno, genera un clima de alta favorabilidad social, de imagen positiva, proyectada a través de los medios de comunicación a nivel global. Es el mejor momento para generar contenidos en las campañas de Public Relations con cobertura a nivel global, noticiarios que hablan del evento deportivo, pero que también otorgan cobertura en TV, prensa online, radios, portales noticiosos; permitiendo reforzar contenidos, si todo anda bien, relativo a los aspectos más positivos de cada destino, de sus atractivos, de la cultura local, de su patrimonio arquitectónico, de la oferta de destinos y de los incentivos de cada país o mercado, en el caso de Chile y por la temporada invernal, de la práctica ski o snowboard, en sus más de 20 centros invernales, de su oferta gastronómica, de su industria vitivinícola a través de recorridos para turistas a las zonas viñateras, de las singularidades en la zona norte y el desierto así como de la zona sur, esencialmente lacustre y sus atributos, en especial de su extensa red de centros termales. Es decir, lo que la industria local tiene para generar incentivos. Con ello, el país anfitrión del evento deportivo, puede crear niveles de posicionamiento para incentivar la demanda turística futura.

En definitiva, una gran oportunidad para mostrar el potencial de cada lugar y la obligación para hacer de estas actividades una plataforma comunicacional de muy bajo costo, para promover destinos, capacidad instalada  y promover a un país en su más amplia diversidad.



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