La identidad país, está siempre
en movimiento, los drivers para alcanzar a gozar de una reputación positiva son
dinámicos y como el marketing mix requieren de un grado de coherencia e interacción
entre ellos.
La identidad de
un país, como rasgos de diferenciación, se forja a través de su historia. Muchos
aspectos y elementos contribuyen a edificarlo o a de-construirlo, ya sea desde
el tipo de desarrollo y productividad, de la estabilidad social y política,
desde la transversalidad de su arte, desde el desarrollo del conocimiento y sus
aplicaciones, y por sobre todo desde sus decisiones y circunstancias.
En esta
perspectiva y así lo entienden muchos mercados, las iniciativas privadas y los
incentivos proveniente en su germen, desde el fortalecimiento de buenos diseños
de políticas públicas, pueden contribuir activamente en fortalecer industrias
o áreas de una economía y en este caso la industria turística, tiende
inevitablemente a ejercer una influencia en el posicionamiento público positivo,
a nivel global e incluso en su balanza comercial.
Los medios de comunicación por otro lado, redes sociales, y en
particular los medios de alcance masivo y segmentado, son algunos de los
canales que pueden contribuir a difundir y posicionar los aspectos y
distinciones que serán definidas como fundamentales, en la perspectiva de
construir rasgos positivos y diferenciadores de una propuesta país.
Así, la cobertura
y el desarrollo de contenidos en los medios de comunicación y su alcance hasta
el nivel global, resultan de extraordinaria importancia para este propósito, en
especial, respecto del acceso a sub áreas complementarias al desarrollo humano como
la cultura: conciertos, teatro, gastronomía, destinos, modelos de vida; todos alineados y en la perspectiva de una oferta de contenidos de
calidad, especialmente en la TV Cable a nivel global.
En esta configuración,
hay experiencias medidas, donde personas de bajos recursos, han demostrado, en
innumerables oportunidades y en distintos mercados, que cuando se informa
adecuadamente, con la antelación correcta, sobre la presencia, de un líder de
opinión trascendente en el mundo de la cultura o música, la respuesta de rating
es buena, y finalmente estimulante para las expectativas de visualización y
contacto, ello contribuye en definitiva a
dar a conocer nuevos matices e información del país.
En paralelo, el proceso evolutivo del turismo,
así como los diversos estadios de desarrollo alcanzados, han sido el resultado
de una búsqueda estricta en muchos sentidos, particularmente respecto de los
alcances propuestos a los más diversos nichos socioeconómicos a nivel global, todo
ello fundado en la necesidad de vivir experiencias renovadoras, y de cómo estás
experiencias han promovido una demanda incesante hacia innumerables destinos ya
posicionados, pero también hacia otros nuevos que hoy están disponibles.
En esta perspectiva de rasgos diferenciadores e
identidad local, las propuestas y modelos de servicio turístico, emergen en
lugares con ciertos rasgos positivos, pero sumando indirectamente aspectos
diferenciadores que terminan agregando valor y hasta fidelidad, por ellos los mercados
como: México, Brasil, Perú, Argentina, Chile, Colombia, Uruguay; Panamá entre
otros, poseen oferta de destinos posicionados y valorados, y surgen la mayoría
de las veces, nuevos destinos emergentes, con nuevos significados, con nuevos
atributos, que acrecientan y enriquecen su imagen y la identidad como una rasgo
emergente, diferenciador que potencia y agrega valor a todos, si el trabajo
está bien hecho.
La identidad país, está siempre en movimiento, los
drivers para alcanzar a gozar de una reputación positiva son dinámicos y como
el marketing mix requieren de un grado de coherencia e interacción entre ellos,
de objetivos comunes. Nada está o se deja al azar, por el contrario, la planificación
año a año de actores privados y públicos, medios de comunicación, inversiones,
cultura, gestión es indispensable y necesaria, en síntesis la identidad país,
se gestiona, se dirige, se construye y se evalúa.